Whoopies rellenos de crema de Mascarpone
¿Sin ideas para el almuerzo o la merienda?
No preocuparse, aquí llegó la solución.
La receta de los pasteles whoopie tiene sus orígenes en los Amish, y en el condado de Lancaster, Pensilvania. No es raro encontrar puestos de granjas junto a la carretera que ofrecen estos postres. La cocina Amish trata sobre recetas antiguas que han alimentado a las familias durante generaciones, sin fusiones o mezclas de moda o interculturales. Estos pasteles Whoopie Pie se consideraron un regalo especial porque originalmente estaban hechos con masa sobrante. Según la leyenda de los Amish, cuando los niños encontraban estas golosinas en sus bolsas de almuerzo, gritaban «¡Whoopie!»
Los primeros pasteles whoopie vendidos son de Labadie’s Bakery de Lewiston, Maine. Comenzaron a vender Whoopie Pies en 1925 con la apertura de su panadería. La panadería Labadie’s se dice que permanece en el mismo lugar hoy en día.
Son unos pastelitos formados por dos partes de masa horneada y un relleno cremoso. Se pueden hacer de la manera tradicional con pasteles de chocolate o de otros sabores según la época del año como calabaza para Halloween, vainilla, pan de jengibre en Navidad, limón y por supuesto Red Velvet.
El relleno tradicional suele ser generalmente de dos tipos, con un glaseado espeso hecho con dulce de manteca vegetal Grisco y azúcar glas o con marshmallow FLUFF pero a mi me resulta un poco dulce así que he preparado una crema de queso Mascarpone que combina de maravilla. Por su puesto que el más rico es el que más te gusta y la crema de chocolate, el dulce de leche, el frosting de queso crema, la crema de fresa, de cacahuete, de vainilla son algunos de los más populares.
Otra opción a valorar es dejarlos sin rellenar y comerlos como si fueran galletas. A mí me recuerdan un poco a las «españoletas» (unas tortas planas abizcochadas que se suelen encontrar en las panaderías tradicionales. Si no las cococeís otro día os diré como prepararlas)
Si hablamos del tamaño comprobaremos que aunque en su origen podían ser similares a una hamburguesa, lo más adecuado resulta reducir el tamaño de las tortas, en primer lugar, lógicamente para reducir la cantidad de dulce y en segundo para que cunda un poco la masa porque se acaban en un suspiro.
Los Macarons, los Alfajores, los Dorayakis, las Españoletas, salvando las distancias, nunca mejor dicho, pueden ser variantes de la misma idea.
Whoopies rellenos de crema de Mascarpone
Los ingredientes que vamos a necesitar:
Para 24 galletas o 12 Whoopies:
- 125 gramos de azúcar
- 250 gramos de harina
- 150 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 huevo
- 50 gramos de cacao puro en polvo
- 125 mililitros de buttermilk (125 mililitros de leche + 2 cucharaditas de vinagre de vino blanco)
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharada de aroma o extracto de vainilla
Para el relleno:
- 200 mililitros de nata para montar
- 250 gramos de queso Mascarpone
- 50 gramos de azúcar
- 1 cucharada de aroma o extracto de vainilla
Elaboración:
Para las galletas:
- Encendemos el horno a 180º.
- Hacemos la buttermilk: añadimos las dos cucharaditas de vinagre al cuenco donde está la leche, removemos y dejamos reposar mientras avanzamos.
- Medimos todos los ingredientes.
- Ponemos en un bol la harina, el cacao, la levadura, el bicarbonato y la sal. Mezclamos a mano y reservamos.
- En otro bol ponemos la mantequilla blanda troceada y la batimos. A partir de ahora, en cada batido repasamos con la espátula las paredes del bol para que las mezclas sean adecuadas.
- Añadimos el azúcar y batimos de nuevo.
- Incorporamos el huevo y la vainilla y volvemos a batir.
- Agregamos 1/3 de la mezcla de ingredientes secos. Batimos.
- Echamos la mitad de la buttermilk y batimos.
- Añadimos el segundo 1/3 de la mezcla de ingredientes secos y batimos.
- Vertemos el resto de la buttermilk y batimos.
- Incorporamos el tercer 1/3 de la mezcla de ingredientes secos y batimos hasta que quede una mezcla homogénea.
- Pasamos la masa a una manga pastelera. (también puedes usar una bolsa de plástico resistente o usar una cuchara de helado. Para sujetarla, dobla la boca y sostenla dentro del vaso de la batidora de mano)
- Ponemos una hoja de papel sulfurado sobre una bandeja de horno y dibujamos en ella unos círculos de unos cuatro centímetros de diámetro (puedes variar el tamaño a tu gusto pero también variará el tiempo de horneado) que estén separados unos tres centímetros entre sí.
- Disponemos la pasta sobre los círculos. (no es necesario que sean perfectos)
- Y los llevamos al horno durante 9 o 10 minutos. Los dejamos enfriar y los pasamos a una rejilla.
- Así están perfectos para comerlos como galletas pero vamos a hacer una crema y los vamos a rellenar juntándolos dos a dos a modo de sandwich.
Para el relleno:
- Necesitamos que la nata esté muy fría y el queso a temperatura ambiente y ablandado con una espátula.
- Ponemos la nata en un bol para montar a velocidad media alta.
- Cuando empieza a cambiar su consistencia, incorporamos el azúcar a modo de lluvia sin dejar de batir.
- Agregamos el extracto de vainilla y en varias veces el queso ablandado.
- Seguimos batiendo hasta que alcance una consistencia un poco más densa.
- Ponemos la crema en una manga pastelera.
- Sobre la base de una galleta fría, ponemos la crema y con otra la tapado y apretamos un poco para que se sujeten.
- Metemos los sandwiches en un recipiente hermético y los llevamos a la nevera 30 minutos para que la crema se consolide. Conservar en el frigorífico.


































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