El tomate frito, por lo general, no es considerado una salsa para mojar sino una base para cocinar una multitud de guisos de arroz, pescado, carne, legumbres, masas o rellenos.
El tomate llegó a España después del descubrimiento de América, cuando Hernán Cortés lo trajo desde México. Allí, los nativos mexicanos se referían a este fruto como xitomatl, que significa “fruto con ombligo”. Es curioso saber que en un principio la tomatera fue considerada una planta venenosa que se utilizó en nuestro país simplemente como planta ornamental, y no se comenzó a tomar como alimento hasta mucho más tarde. De hecho, en un inicio estos tomates ornamentales eran amarillos, de ahí el nombre en italiano «pomodoro» (pomo de oro o manzana de oro).
La salsa de tomate como la conocemos hoy en día no apareció hasta dos siglos más tarde de la llegada del tomate a España, para ser más exacto, a mediados del siglo XVII. España fue el primer país en hacer la producción industrial del tomate frito, pero se tuvo que esperar hasta el siglo XX para conseguir el primer tomate frito «casero» industrial en el mercado.
El Código Alimentario Español define a la salsa de tomate como una mezcla cocinada de pulpa de tomate, aceite vegetal comestible y sal. Añadimos azúcar para contrarrestar la acidez de la fruta.
Hay que distinguir que no es lo mismo «salsa de tomate» que «tomate frito». La primera salsa incluye otras verduras, como pimiento verde, cebolla y zanahoria, para darle sabor y textura, y la segunda es, básicamente, tomate (en zumo, puré, pasta o concentrado) que se fríe en aceite. Tampoco tenemos que confundirlas con el famoso Ketchup, salsa a base de tomate que incluye vinagre, 8 veces más de azúcar (20,7 gramos frente a 2,5 gramos de la salsa de tomate) y un 40% más de sal, además de algunos conservantes en su composición.
Siendo un proceso tan fácil, la idea de hacer tomate frito en casa nos va a permitir poder elegir la calidad del aceite utilizado en la fritura y, sobre todo, la cantidad de azúcar añadido en el proceso. A estas ventajas hay que añadir que no incorporamos espesantes al proceso ya que, que quede más o menos espeso dependerá únicamente de alargar o no el tiempo de fritura.
Cosa más simple no hay, por lo tanto, allá que vamos.
Tomate frito casero
Tomate frito casero
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 2 kilos de tomate maduro
- 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Azúcar
Elaboración:
- Pelamos y troceamos los tomates y los ponemos en un bol grande.
- Los trituramos con la batidora.
- Pasamos el triturado por el chino para eliminar las semillas.
- En una olla alta (porque el tomate al freírse salpica mucho) y amplia (para que fría bien) ponemos aceite a calentar.
- Cuando se haya calentado, añadimos el tomate poco a poco.
- Sazonamos con sal y añadimos una cucharada de azúcar.
- Removemos y dejamos que se vaya cocinando a fuego medio 50 minutos. (Destapado para que se vaya evaporando el agua que contiene el tomate)
- Cuando hayan pasado 45 minutos de cocinado comprobamos el punto de sal y de azúcar y rectificamos si hiciera falta.
- A mi me han salido 860 gramos de tomate frito. Si quieres que quede más espeso cocínalo unos minutos más, tendrás que bajar el fuego y vigilar que no se pegue a la olla porque cada vez tiene menos agua.














¡Gracias por llegar hasta aquí!
Si te gustó este post, por favor, compártelo.
Si lo compartes ayudarás a que el blog crezca y llegue a más amigos y así podré seguir añadiendo recetas.
También puedes suscribirte de forma gratuita al final de la página y te llegará un correo cada mes con las nuevas publicaciones.
Soy una «cocinilla»
Gracias por tu apoyo. Nos vemos en el próximo post.
Próximamente:
- Gremolata
- Salsa para calçots…
2 comentarios
[…] Tomate frito (yo he utilizado Tomate frito casero) […]
[…] Tomate frito casero […]