Tarta de yogur griego y frutas
El yogur es un lácteo probiótico que se obtienen por la fermentación de la leche. Las bacterias fermentan el azúcar de la leche, conocido como lactosa, y lo transforman en ácido láctico. El ácido láctico hace que la leche sea más ácida. Es un alimento que contiene microorganismo vivos que llegan al intestino y que junto a las bacterias que están presentes en él, mejoran el funcionamiento de este órgano, restablecen el equilibro en su flora y refuerzan el sistema inmunológico.
El yogur es uno de los productos lácteos fermentados más antiguos del mundo. Sus orígenes se remontan a los albores de la civilización, cuando los humanos comenzaron a domesticar animales para la producción de leche. Sin embargo, aunque este alimento llegó a ser muy utilizado, la corta vida útil de la leche requería soluciones para almacenarla. La palabra “yogur” en sí proviene del turco y significa algo así como “leche cuajada” o “leche espesa”.
Para que un alimento tenga la consideración de yogur debe estar fermentado por las bacterias streptococcus thermopilus y lactobacillus bulgaricus. El resto, es decir, los que estén fermentados con otras bacterias, como los bífidus, no pueden llamarse yogures, si no más bien leches fermentadas o postres lácteos con bífidus, aunque los llamemos de esta forma por asociación o porque no hemos prestado atención a su composición.
En una ocasión, recuerdo que mi tía María nos trajo a casa un «ser» que nos daba repelús y curiosidad a partes iguales. Era la moda de hacer yogur en casa pero sin yogurtera. Una especie de cuajo o «puñado» de mezcla, blanda y consistente al mismo tiempo. Creo que se trataba de una de estas bacterias que he nombrado antes. Servía de impulsora y combinada con leche se reproducía y trasformaba la leche en yogur. La verdad es que en mi casa tuvo mucho éxito en esa época y los yogures eran realmente deliciosos. Quizás algún día vuelva a intentarlo por mi cuenta. Las bacterias se pueden conseguir en farmacias y en tiendas especializadas y el proceso no es muy complicado. Si queréis otro día os lo explico.
Según nos cuenta la Boticaria García en un artículo titulado Buscando el mejor yogur del súper: ¿natural, con bífidus o griego ‘españolizado’? «Antes de elegir un yogur es importante fijarse en dos detalles del envase. Uno es la lista de ingredientes. Las palabras mágicas que debes buscar en la lista de ingredientes son leche y fermentos lácticos. No se necesita más para elaborar un buen yogur. Algunos también contienen leche en polvo o proteínas de la leche por motivos tecnológicos, pero con 2-4 ingredientes en total es suficiente. Asegúrate de que no aparezca la palabra azúcar o alguna de sus alternativas.
El segundo aspecto fundamental es la tabla nutricional. Revisándola debes confirmar que se cumple la regla del 3-4-3. Es decir, que contenga aproximadamente un 3% grasa, 4% azúcares y 3% proteínas. Si su perfil se ajusta a estos valores, tendrás delante un buen yogur. Importante: el 4% de azúcares corresponde a la lactosa propia de la leche, no es un azúcar añadido.
El yogur griego, según la receta tradicional, se elabora eliminando el suero después de la fermentación para conseguir una textura más cremosa. Nutricionalmente, el yogur griego de verdad, comparado con un yogur normal, tiene más proteínas y más grasa. También tiene menos lactosa y calcio, porque con el suero se pueden perder parte de estos nutrientes.
Hay que tener encuesta que la receta habitual en España para el yogur griego suele añadirle nata y proteínas a la leche para darle más consistencia y cremosidad. Para entendernos: esta práctica resultaría tan aberrante para un griego como la paella con chorizo para un valenciano. En consecuencia, el perfil de un yogur griego españolizado sería 10-4-3 (10% grasa, 4% azúcar y 3% proteínas)».
Teniendo esto en cuenta, hoy vamos a hacer un exceso porque estamos de celebración. Vamos a mezclar fruta y yogur para aprovechar al máximo los beneficios prebióticos de la fruta, gracias a la fibra no digerible que esta nos aporta y los probióticos del yogur, gracias a los microorganismos vivos que este aporta.
Estas dos son razones suficientes, aún así, me permito añadir una tercera que, no por ser la última es la menos importante, la enorme satisfacción que nos va a provocar su disfrute.
Tarta de yogur griego y frutas
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 200 gramos de galletas Lotus
- 80 gramos de mantequilla
- 4 yogures griegos de straciatella
- 500 mililitros de nata líquida para postres
- 200 gramos de azúcar
- 7 hojas de gelatina neutra
- Frutas al gusto (yo he elegido mango, kiwi, fresas y arándanos)
- Molde desmontable de 25 centímetros.
Elaboración:
- En primer lugar ponemos las hojas de gelatina en un cuenco con agua fría para que se hidraten.
- Trituramos las galletas (o las aplastamos con un rodillo dentro de una bolsa de conservación).
- Troceamos la mantequilla y la ponemos en el microondas para que se derrita.
- La incorporamos a las galletas y hacemos una pasta.
- Ponemos la pasta de galleta en el fondo del molde haciendo una base al mismo nivel (podemos ayudarnos de un vaso, sin apretar demasiado, para que quede más compacta). La llevamos al congelador el tiempo que nos dure preparar el resto de ingredientes o 2 horas al frigorífico.
- Echamos la nata en un cazo.
- Añadimos el azúcar y mezclamos hasta que se haya diluido en la nata.
- Ponemos el cazo al fuego y lo templamos un poco (no debe calentarse mucho, lo justo para que la gelatina se disuelva).
- Añadimos la gelatina escurrida y mezclamos con un batidor de mano.
- Mientras baja la temperatura del cazo, vaciamos los yogures en un bol amplio. Incorporamos la mezcla de la nata al yogur. Combinamos rápidamente para que no se derritan los trocitos de chocolate y la vertemos en el molde sobre la galleta. La metemos en el frigorífico y dejamos que repose 3 o 4 horas.
- Sacamos la tarta, la desmoldamos con mucho cuidado y la decoramos con las frutas troceadas a nuestro gusto. Conservamos en el frigorífico hasta el momento de servir.
- Opcional: Yo he mezclado media cucharada de mermelada de frambuesa con una de agua en un botecito, lo he agitado y he pintado las fresas para destacar su color.
























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