Sopa de tomate y albahaca
Muchas personas sueñan con tener un huerto.
Recoger frutas, verduras y hortalizas directamente de la mata o del árbol en el momento justo de maduración es un lujo. El olor, el sabor, la vista y hasta el tacto toman parte en esta experiencia tan agradable.
Es fácil sentir cuan generosa es la naturaleza que devuelve (en condiciones normales) multiplicados por mil los cuidados que le dedicamos. Esta satisfacción es todavía mayor si eres tú quién las ha cultivado porque son productos de tu trabajo, de tu esfuerzo.
Y esa es la clave, trabajo, mucho trabajo y más trabajo.
Los agricultores se desviven, de sol a sol, para sacar adelante la cosecha, sorteando inconvenientes, y para surtirnos de los ingredientes básicos de nuestra despensa, de nuestra dieta.
Seleccionar la semilla, sembrar el bancal, esclarecer la planta para que se desarrolle fuerte, cavar la tierra, transplantar al surco, abonar y regar para que crezca, abinar para mantener limpio el terreno, encañar o tutorizar los ramales para que no se enreden, volver a regar, volver a abinar las malas hierbas que han crecido con el riego, controlar las plagas, …….
Estos eternos luchadores, al tiempo que atienden el campo, están rezando para que llueva un poco para ahorrarse un riego, pero no mucho porque, a lo mejor viene una tormenta y lo hecha todo a perder, o deseando que haga calor para que se desarrollen los frutos, pero no demasiado porque igual se sofocan las plantas y se secan.
Al tanto de todo esto y reparando el encañado que se lo ha llevado por delante el cierzo y, otra vez a regar pero esta vez racionando el agua que con la sequía no sabemos si llegará para toda la campaña…..uff, un sinvivir oiga!!
Cuando vamos al mercado, es justo que reconozcamos el esfuerzo que hay detrás de esos tomates tan rojos, no solo con unas palmaditas o con unas bonitas palabras.
Es necesario un reconocimiento sincero.
Sopa de tomate y albahaca
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 900 gramos de tomate de pera
- 750 mililitros de caldo de pollo o verduras
- 1 cebolla
- 1 ajo
- 30 gramos de mantequilla
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 200 mililitros de vino blanco
- 25 gramos de tomates secos
- 10 gramos de hojas de albahaca fresca
- 200 gramos de nata de montar (o crema doble)
- Sal
- Pimienta negra de molinillo
Elaboración:
- Cortamos el tomate a daditos, picamos la cebolla y el ajo y trituramos los tomates secos.
- En una cacerola amplia ponemos el aceite a calentar con la mantequilla.
- Cuando empieza a formar espuma, echamos la cebolla y la freímos tapada a fuego medio, removiendo de vez en cuando hasta que esté blandita pero sin llegar a coger color.
- Añadimos los tomates y el ajo y mezclamos bien hasta que queden bien impregnados con el aceite y la mantequilla.
- Agregamos el caldo, el vino blanco, los tomates secos, sal y pimienta negra.
- Removemos y llevamos a ebullición un par de minutos para que se evapore el alcohol.
- Bajamos el fuego y tapamos la cacerola a medias y cocemos 20 minutos removiendo para que no se pegue.
- Añadimos las hojas de albahaca y trituramos todo con la batidora.
- Incorporamos la nata de montar y calentamos bien la sopa sin dejar que hierva.
- Rectificamos la sal y la pimienta si hiciera falta.
- Podemos servir caliente, templada o fría, dependiendo de la época en la que la vayamos a tomar.



















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