Pimientos al ajo
Recuerdo que, a veces, cuando éramos pequeñas, nos quedábamos mi hermana y yo a comer en casa de mis abuelos paternos porque mis padres se iban a trabajar.
Ni siquiera necesito cerrar los ojos para acordarme de esos momentos.
Era abrir la puerta de la calle y subir corriendo las escaleras todo uno. Les enseñábamos los «maripís» que sabían correr, el último jersey que nos había tejido mi madre o las pinturas nuevas.
Puedo escuchar la risa entrecortada de mi abuela Antonia que nos llamaba «Reinas» y nos daba muchos besos. Y veo a mi abuelo Lucio sentado en su sillón con el pelo blanco y pocos dientes que solía decía «Mecagüenelpalio» cuando estaba contento. Y lo estaba cuando nos veía.
La casa hace años que se vendió pero la recorrimos tantas veces que, de saber dibujar, podría hacer un retrato casi exacto de todas las estancias. Entre ellas, mis favoritas, la cocina con su fregadero de piedra y su alacena arrinconada, el cuarto trastero donde encontrábamos para jugar tesoros tales como una caja metálica llena de botones preciosos o el baúl de ropas viejas, pasadas de moda que nos servían de distracción horas y horas, y los graneros del piso de arriba a los que subíamos a explorar mano a mano por las tardes.
Mi abuela, casi todos los días, preparaba para comer sopa. Era caldo de carne con pasta fina y me viene a la mente ese olor y a los labios una sonrisa.
Eran mayores y de hábitos fijos. Junto al fogón una taza de loza con aceite de oliva y, marinando, una guindilla roja para valientes que, a diario, se tomaba mi abuelo antes de la sopa.
Debe de ser de ahí que me viene el gusto por el picante. Otro recuerdo que enlaza con sonrisa.
Estos pimientos, salvando las distancias puesto que no pican, me recuerdan esos momentos, esas rutinas, esa vida tranquila y placentera.
Unas veces los preparo como aperitivo sobre unas tostadas gruesas para que empapen bien el jugo y otras como acompañamiento de otros platos. Me encantan
Pimientos al ajo
Los ingredientes que vamos a utilizar son:
- 6 pimientos alargados rojos y verdes
- 3 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Cayenas
- 2 hojas de laurel
- 100 mililitros de vinagre de vino tinto
Elaboración:
- En una sartén, ponemos un poco de aceite y freímos los ajos pelados y cortados por la mitad.
- Cuando estén dorados, añadimos los pimientos enteros. Los dejamos que se hagan poco a poco tapados dándoles la vuelta de vez en cuando para que no se quemen.
- En el momento en el que estén hechos, pasamos todo a una fuente de cristal y dejamos que se enfríen.
- Cuando estén fríos, los pelamos con cuidado y sin quitar el tallo.
- Los devolvemos a la fuente junto con los ajos.
- Añadimos un poco de sal, cayenas troceadas al gusto y las hojas de laurel.
- Vertemos el vinagre y un chorreón de aceite de oliva.
- Tapamos la fuente con papel film y los metemos a la nevera un par de días (si nos corre prisa podemos sacarlos antes).
- Es conveniente sacarlos del frigorífico 30 minutos antes de consumirlos.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
Si te gustó este post, por favor, compártelo.
Si lo compartes ayudarás a que el blog crezca y llegue a más amigos y así podré seguir añadiendo recetas.
También puedes suscribirte de forma gratuita al final de la página y te llegará un correo cada mes con las nuevas publicaciones.
Soy una «cocinilla»
Gracias por tu apoyo. Nos vemos en el próximo post.
Próximamente:
- ¿Cómo cocer espárragos blancos?
- Guisantes a la Francesa…
1 comentario
[…] Pimientos al ajo […]