Piadinas de jamón y queso
La piadina (o piada) es una tortilla de pan de forma circular muy, muy fina, parecida a un pan de pita griego o una tortilla mexicana, que está hecha con harina de trigo.
Su primera referencia impresa data de 1371, aunque seguro que existía anteriormente y estaba emparentada con el pan ácimo o sin levadura.
Es originaria de la región italiana Emilia-Romagna, cuya capital es Bolonia y se encuentra al norte del país, donde por muchos años se comía como sustituto del pan, ya que es menos complicada de hacer que este.
De hecho, la receta original de la piadina consiste en una masa simple hecha con harina, agua, sal y grasa, que se cocina en una plancha caliente hasta que queda dorada y crujiente. Es un tipo de elaboración nacida en muchas zonas del mundo de forma independiente (por pura necesidad). Podemos decir que está emparentado con las tortas planas de todo el mundo
El resultado es un pan plano que tiene un exterior ligeramente crujiente, a la vez que es tierno y suave por dentro, y se suele rellenar con lo que más te guste. En algunas ocasiones también puede usarse para untar aperitivos, como soporte de falsas pizzas caseras o como alternativa al pan tradicional.
Sin embargo, existe el Consorzio di Tutela e Promozione della Piadina Romagnola, con sede en Rimini, que fue creado para promover y poner en valor todo lo relacionado con este pan en forma de disco y de origen rústico, así como la autenticidad del mismo.
Algunas preparaciones oficiales poseen nombres propios, como puede ser el crescione o cassone o cascione, que es una preparación de la piadina con espinaca y con una base de mozzarella y tomate con tiras de embutidos.
Otra opción es comer la piadina rellena, con opciones dulces y saladas. La mayoría de las veces la piadina se presenta doblada por la mitad y rellena de diferentes maneras: con porciones de salchicha cocida a la brasa y cebolla; con embutidos varios de cerdo; con la porchetta; con rúcula y squacquerone; con hierbas o verduras gratinadas; con mermelada o Nutella.
Nosotros la vamos a preparar a nuestro gusto, con queso Arzúa-Ulloa, cebolla pochadita y jamón.
Piadinas de jamón y queso
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 4 piadinas (1 por persona)
- 4 cebollas
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Queso Arzúa-Ulloa
- Jamón serrano
Elaboración:
- Cortamos las cebollas en juliana.
- Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite.
- Incorporamos la cebolla y un poco de sal y cocinamos a fuego medio tapado hasta que esté transparente y blandita.
- La cebolla ha soltado sus jugos y, a partir de este momento, seguiremos cocinando a fuego medio destapado para que esos jugos se vayan reduciendo y poco a poco se vaya confitando. Removemos frecuentemente.
- Cuando todos los jugos hayan desaparecido, seguiremos un poco más para que surjan los azúcares propios de la cebolla y se vaya caramelizando. Esta parte es la más delicada, puesto que es muy fácil que se queme y el resultado sea un sabor amargo, en lugar de que se dore y tenga un sabor dulce que es el que buscamos. El truco es vigilar y remover.
- Cuando hayamos conseguido el punto deseado, dividimos la cebolla en cuatro partes y nos disponemos a montar el bocadillo.
- Calentamos una sartén limpia y colocamos una piadina.
- En una mitad colocamos unos trozos finos de queso, sobre ellos una cuarta parte de la cebolla y unas lonchas de jamón.
- Cerramos la tortilla y cuando esté dorada por un lado a nuestro gusto, con una espátula, le damos la vuelta para dorar el otro lado.
- La he servido con rúcula, tomatitos Cherry y Kikos, aliñados con sal, aceite de oliva virgen extra y vinagre de Módena.
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