Paquetitos de espinacas
La espinaca es una planta que se cultiva como verdura por sus hojas comestibles, grandes y de color verde muy oscuro. Su cultivo se puede realizar en cualquier época del año y se puede consumir fresca, cocida o frita. En la actualidad es una de las verduras que más habitualmente se encuentra congelada, así que no hay excusa que valga para dejarla de lado.
Yo reconozco que cuando era niña no la soportaba y mi padre siempre insistía. Nos decía que «Popeye» tomaba espinacas todos los días y eran capaces de transformarle en el tipo más fuerte y ningún «malote» podía vencerle.
Una frase motivacional cuando eres niño, adolescente o incluso adulto y te enfrentas a situaciones ásperas que a veces pueden retarte.
Yo lo creía, mi padre lo creía y todos lo creíamos porque así nos lo habían contado. La súper virtud de la espinaca era su Extra Poder Férrico. El super alimento que nos asemejaría al actual Thor.
Sonaba muy bien y era altamente motivador.
Una pena que no fuera cierto.
Se me echó todo por tierra cuando me lo contaron.
Las espinacas tienen valores de hierro similares al resto de vegetales de hoja verde. Alguien, por error o por descuido, olvidó una simple coma a la hora de transcribir unos datos y en lugar de los 3,5 mg de hierro por cada 100 g, explicó al mundo que las espinacas tenían nada menos que 35 g. ¿Quién no iba a querer tomarlas?
Con esto no quiero decir que hayan perdido todo su atractivo, nada más lejos. Simplemente, a partir de ahora dejaré de mirarlas con ojos de niño y las tomaré en serio con razón de adulto porque poseen multitud de propiedades que nos benefician y que aconsejan su consumo.
Confesaré que, pasado el tiempo y habiendo asumido el desacierto, he utilizado el mismo argumento sin ningún rubor para alentar a mis hijos. Entra dentro de los privilegios de ser padre.
Paquetitos de espinacas
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 1 paquete de obleas grandes
- 200 gramos de hojas de espinaca lavadas y troceadas
- 50 gramos de uvas pasas
- 25 gramos de piñones
- 1 huevo
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Ron
- 300 gramos de cebolla
- Nuez moscada
- 100 mililitros de nata de cocina
- Clavo en polvo
- 2 ajos
- Un trozo de queso de 100 gramos
Elaboración:
- Vertemos dos cucharadas de ron sobre las pasas (en un cuenco) y dejamos que maceren unos 30 minutos.
- Picamos la cebolla y los ajos y reservamos.
- En una sartén amplia, echamos un poco de aceite e incorporamos la cebolla y el ajo. Añadimos un poco de sal y cocinamos tapado a fuego medio-bajo hasta que esté blandita.
- Agregamos las espinacas y las rehogamos un par de minutos.
- Incorporamos los piñones, las pasas escurridas, la nata, y nuez moscada y clavo al gusto y mezclamos. Continuamos con el fuego medio-bajo hasta el final para que la nata no hierva.
- Rectificamos la sal y añadimos el queso rallado. Mezclamos.
- Sacamos la pasta a un plato para que se temple.
- encendemos el horno a 200º.
- Extendemos las obleas sobre un trapo limpio y colocamos un poco de pasta en el centro.
- Batimos el huevo y untamos con él, el borde de la oblea.
- Las cerramos en el centro, las colocamos en una bandeja de horno sobre papel pergamino y las pincelamos con el huevo batido.
- Las llevamos al horno entre 12 y 15 minutos o hasta que estén doradas a tu gusto.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
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