Mousse de queso de cabra con membrillo y nueces
Esta mañana he salido a hacer la compra y he pasado por Frutas Jorge que me cae muy cerquita.
Menos mal que llevaba el carrito porque siempre me vengo cargada. Además de fruta y verdura, suelo comprar allí mi crema de oliva favorita y miel de romero. Todo lo que vende son productos de cercanía, de la huerta de Zaragoza y de algunos pueblos de los alrededores.
Nada más entrar me he fijado que tenía en el mostrador dulce de membrillo y tenía toda la pinta de ser casero. Le he preguntado si era de confianza y tanto que era de confianza. Me ha dicho que lo hace su suegro y que le sale muy rico. Ya sabéis que no se puede opinar sin probar y me he traído para casa una tarrina. En cuanto he llegado de vuelta, sin recoger la compra siquiera me he preparado un montadito con pan tierno que traía y tengo que decir que «muy rico» es un calificativo que se queda bastante corto. Yo mejor diría delicioso, exquisito, sabroso, delicado, riquísimo, fantástico, inmejorable…pero me quedo con espectacular.
Ya sabéis que este dulce hay que tomarlo con moderación, como todas las elaboraciones que se hacen a base de azúcar, así que, he pensado que mezclarlo con una crema de queso sería una idea estupenda y he dado en el clavo.
No obstante, quien también estuvo muy acertado fue el escritor romano Paladio en el Siglo IV d.C. Se cree que fue la primera persona en difundir la idea de la jalea de membrillo cuando se le ocurrió cocer tiras de membrillo en miel para obtener una pasta untable.
Recientemente he sabido, gracias a Jorge Hernandez, Koketo, que su nombre no deriva de la palabra mimbre, aunque las ramas del membrillero sean delgadas y flexibles como las de este material. «La palabra membrillo proviene del griego (μελίμηλον) y de su evolución al latín Melimelon que significa «manzana dulce« (esta afirmación resulta bastante confusa ya que la principal característica de esta fruta es que tiene un sabor ácido y astringente)»
Se sabe que ya era cultivado en la antigua Babilonia. En la gastronomía griega, romana, medieval, árabe y la cocina sefardí, elaboradores artesanos han sabido mantener esa tradición hasta llegar a la actualidad, donde los grandes chefs han incorporado a sus recetas esta fruta singular, devolviéndola al lugar que se merece.
La próxima vez que vaya a tienda le preguntaré a Jorge si su suegro querría compartir conmigo esta receta para yo compartirla con vosotros porque es un tesoro que debemos conservar así como hicieron otros a lo largo de la historia.
Un ejemplo de ello lo encontramos durante la Edad Media, cuando monasterios y conventos asumieron un papel clave en la producción de este manjar, utilizando sus conocimientos culinarios para crear conservas de membrillo que se convirtieron en un símbolo de estatus y refinamiento en las cortes reales.
El membrillo fue una de las primeras frutas utilizadas para hacer mermelada. De hecho, el término “mermelada” proviene de la palabra portuguesa “marmelo”, que significa “membrillo”.
Este bonito juego de palabras da cuenta de cuan cerca se hayan cultura y gastronomía.
Mousse de queso de cabra con membrillo y nueces
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 100 gramos de queso de cabra
- 60 gramos de queso de untar
- 50 mililitros de leche (25 + 25)
- 5 gramos de gelatina neutra en polvo (o 3 hojas de gelatina)
- 100 mililitros de nata para montar
- Dulce de membrillo
- Nueces peladas
Elaboración:
- Calentamos un poco 25 mililitros de leche y disolvemos en ella la gelatina en polvo. Si usas hojas primero las hidratamos en agua fría. Cuando estén hidratadas las escurrimos muy bien y las incorporamos a la leche templada. Removemos hasta que estén completamente disueltas.
- Ponemos en un bol el queso crema, el queso de cabra troceado sin piel, 25 mililitros de leche y mezclamos muy bien hasta obtener una textura cremosa.
- Incorporamos también la gelatina diluida en la leche.
- Por otro lado, vertemos la nata en otro bol, la montamos y la incorporamos a la mezcla anterior y la integramos con cuidado, con movimientos envolventes de abajo hacia arriba.
- Pasamos la mezcla a una manga pastelera y la repartimos en vasitos pequeños.
- Aplastamos el dulce de membrillo para ablandarlo y lo ponemos sobre la mousse. Guardamos en el frigorífico.
- Majamos en el mortero unas cuantas nueces y decoramos los vasitos al tiempo de servir.
















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3 comentarios
Looks and sounds so delicious quince treats.
Ohhhh! You are so much kind Beatrice!!! I send you a big hug my friend!!
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