Guardia civil
Mi hermana y yo cumplimos años en verano.
Nos llevamos 23 meses exactos y la verdad es que siempre ha sido una gozada celebrarlos porque en todas las ocasiones nos han acompañado, a parte de la familia, muchos niños; unos, los amigos de siempre, los del barrio, y otros, los que venían al pueblo de vacaciones y se sumaban a la fiesta. Todos eran bien recibidos.
Con el tiempo, los amigos con los que compartíamos juegos dejaron paso a la cuadrilla fiestera, los del insti, los de la uni…
Hace unos años, mi hermana, mi amiga, se marchó a vivir fuera y se complicó un poco esto de las celebraciones con «todos». Hacíamos malabares para poder juntarnos porque «celebrar» ha sido y es un verbo que nos encanta conjugar.
Se nos ocurrió que, para facilitar la reunión, lo mejor sería tener una fiesta conjunta. Ahora, elegimos un día intermedio entre las dos fechas y salimos a comer por ahí. No reservamos tiempo para hacer la compra, ni para cocinar, ni para recoger y lo invertimos todo en ponernos al día de nuestras cosas, que es lo que importa.
Lo que parecería una forma de simplificar la celebración, en mi caso surte el efecto contrario, ya que, al no coincidir con la fecha del nacimiento, ya os podéis imaginar que vamos a sumar una celebración más. Este año, ha caído en lunes y los niños sin colegio. Una excusa perfecta para probar otro de los tantos sitios estupendos que ofrece nuestra ciudad y, de esta manera, alargar un poco más las vacaciones, así que, sin rechistar, «vermutito», «paseito» y «comidita», ni tan mal.
Y la cosa no queda ahí. El sábado tercera fiesta de celebración, en este caso con mi familia política, ¡qué maravilla! esto parece una boda gitana de esas que duran una semana, solo nos faltan las peladillas… Ya no sé si cumplo 1, 2, o 3.
Tampoco es algo que me preocupe, he decidido que no sumo años a mi vida, sumo días y todos son especiales si son junto a los que quiero.
¡Hay que celebrar! Cualquier ocasión es perfecta. En un minuto ha preparado mi marido su versión de esta tapa que se llama «Guardiacivil».
Es una tapa muy famosa en Zaragoza y fue creada hace más de 50 años por Vicente Mañas Sanchez , fundador de El Lince, un bar de renombre situado en la plaza de Santa Marta, cerca del Pilar. En su origen el bar era muy pequeño y ni siquiera tenía cocina, así que, Vicente se inventó esta exquisita tapa en frío que atrae a lugareños y visitantes.
Hoy en Zaragoza todo el mundo llama Guardia Civil a la tapa inventada por Mañas, pero su nombre, tal como aparece en la carta es: montadito de sardina rancia, “el famoso lince”. Y es que lo que se conocía como Guardia Civil era la sardina en salazón, no el montado.
A nosotros nos parece estupendo de una manera y de otra. ¡Salut!
Guardia civil
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- Rebanadas de pan (1 por persona)
- Tomate grande maduro
- Pimientos del piquillo (1 por persona)
- Pepinillos agridulces (1 por persona)
- Sardinas arenques (1 por persona)
- Aceite picante
Elaboración:
- Tostamos el pan, cortamos el tomate en rodajas, cortamos los pimientos por la mitad y los limpiamos de semillas.
- Montaje: preparamos las tostadas.
- Sobre ellas colocamos una rodaja de tomate.
- Cubrimos con los pimientos abiertos.
- Ponemos el pepinillo encima.
- Terminamos con el arenque sobre el pepinillo.
- Rociamos con aceite picante y listo.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
Si te gustó este post, por favor, compártelo.
Si lo compartes ayudarás a que el blog crezca y llegue a más amigos y así podré seguir añadiendo recetas.
También puedes suscribirte de forma gratuita al final de la página y te llegará un correo cada mes con las nuevas publicaciones.
Soy una «cocinilla»
Gracias por tu apoyo. Nos vemos en el próximo post.