Galletas de nuez
Las nueces son las semillas que contiene el fruto maduro y seco del nogal, un árbol cuyo origen se remonta, según algunos investigadores, a la Antigua Persia. Mientras, otros lo ubican en China y Japón, lugares desde los que fueron trasladados hasta Grecia y el resto de países templados de Europa.
El término “nuez” es de origen latino, los romanos la llamaban “nux”. En la época romana, la nuez era símbolo de unión matrimonial. En cuanto al árbol, era llamado “Jovins glans”, que significa “Bellotas de Júpiter” y representaba al hijo de Júpiter, el dios predilecto del Olimpo en la mitología romana. Pero anteriormente los griegos llamaban al nogal “Theos balanos” que viene a ser “Bellotas de Zeus”.
Es decir, en el mundo grecolatino el nogal estaba relacionado con sus dioses supremos, esto nos muestra que ya en aquellos tiempos conocían las propiedades beneficiosas de las nueces para la salud y su gran aporte energético.
Los nogales, o nogueras en aragonés, son el árbol alimentario más antiguo conocido por el hombre, que se remonta al año 7000 antes de Cristo y la introducción de estos frutos en la dieta del ser humano se remonta a los orígenes de la agricultura, en el año 3.000 a.C.
Además, su naturaleza duradera ha garantizado que pese a los grandes cambios climáticos que se han producido a lo largo de la historia, sus nutrientes hayan permanecido intactos.
Cuando hablamos de nueces solemos enmarcarlas en el grupo de los frutos secos debido a la manera en la que los degustamos, justamente secos.
Desde el punto de vista botánico, las nueces, al igual que las almendras no son frutos secos.
«En botánica se denomina fruto seco a todo fruto cuyas capas constituyentes, endocarpo, mesocarpo y epicarpo, son duras, coriáceas o quebradizas y, en ningún caso, carnosas o suculentas. Estas tres capas de tejido recubren las semillas y son muy fáciles de identificar en algunos frutos.
Pero si alguna de las tres —normalmente el mesocarpo— es jugosa, entonces es un fruto carnoso, del que se suelen considerar dos tipos mayoritarios: drupas y bayas. La diferencia entre una y otra es que la drupa tiene una sola semilla recubierta por el endocarpo, que está endurecido, mientras que el endocarpo de la baya es un tejido fibroso que sujeta las semillas. Son buenos ejemplos de drupas el melocotón, la aceituna, la ciruela o el aguacate. Entre las bayas encontramos la uva, el tomate, el kiwi o el arándano.
El del nogal, como todo fruto, consta de esas tres capas, y la cáscara dura y resistente que recubre la semilla es solo la capa más interna, el endocarpo. Fuera de ella, crece una pulpa fibrosa, el mesocarpo, que aunque no muy gruesa, es suculenta —es decir, contiene agua en sus tejidos—, y ya en el exterior, una piel de color verde vivo.
Con esta descripción se deduce que los frutos del nogal, por la organización de sus capas, son drupas, del mismo tipo que el melocotón, la ciruela o la aceituna. Sin embargo, tienen un aspecto curioso que no tienen el resto de las drupas: cuando el fruto madura, su piel y su pulpa fibrosa se abren de forma natural, se ‘pelan’, exponiendo el hueso. Esta variante, en botánica, se denomina drupa involucrada o trima«. (Extraido de «La sorprendente razón por la que la nuez no es un fruto seco, según la botánica» de Álvaro Bayón en la Revista Muy Interesante)
Galletas de nuez
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
- 115 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 150 gramos de azúcar blanco
- 4 yemas de huevo
- 1 cucharada de extracto de almendras
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- Sal
- 85 gramos de nueces
- 32 medias nueces para decorar
- 125 gramos de harina
- 1 huevo batido para brillo
- 1 cucharadita de levadura en polvo
Elaboración:
- Trituramos los 85 gramos de nueces hasta conseguir harina.
- En un bol ponemos la mantequilla blanda troceada.
- Añadimos el azúcar y mezclamos con una espátula.
- Batimos la mezcla con batidor eléctrico hasta que quede suave y esponjosa.
- Añadimos las yemas y mezclamos de nuevo.
- Sin dejar de batir, incorporamos el extracto de almendras, el extracto de vainilla y una pizca de sal y terminamos de mezclar.
- Agregamos al bol la levadura en polvo y la harina de nuez y mezclamos con la espátula.
- Finalmente añadimos la harina de trigo y mezclamos lo justo para que quede bien integrada.
- Dejamos reposar la masa 10 minutos en el frigorífico.
- Encendemos el horno a 180º.
- Preparamos una bandeja de horno con papel encerado.
- Sacamos la masa de la nevera y colocamos unas bolitas en la bandeja, separadas entre ellas.
- Batimos un huevo y pincelamos cada montoncito. Seguidamente colocamos media nuez encima.
- Horneamos las galletas unos 12 minutos y las dejamos reposar sobre una rejilla.
- Me han salido 22 galletas.
- El extracto de almendras aporta un ligero toque amargo.
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