Champiñones en salsa de tomate

Es sumamente fácil cultivar champiñones. Hasta lo puedes hacer en tu propia casa si tienes un cuarto oscuro y húmedo con una temperatura constante entre 12º y 18º.

Cuando, a principios del siglo XX, los campesinos franceses empezaron a cultivarlos, ellos mismos seleccionaban los micelios, después de germinar las esporas de los hongos en estiércol de caballo.

Afortunadamente, en la actualidad es mucho más fácil e higiénico.

En un vivero e incluso en algunos supermercados, puedes comprar un kit para cultivar setas de forma mágica. Ya traen todo preparado y por el precio que cuestan, realmente valen la pena.

Son semilleros con diferentes sustratos como serrín, paja, cartón, compost, restos de café o arroz,… y en menos de una semana empiezan a producir setas en gran cantidad.

Eso sí, antes de hacerte con uno de estos, deberías pensar si te gustan tanto o por el contrario te pasará como a mi padre que, cuando era pequeño, su familia solía tener de estos semilleros en la bodega. No daban a basto y eso que eran ocho en la casa y tantos champiñones comió que les pilló manía y de mayor no podía ni verlos.

A mí, sin embargo, esto no me sucede y aprovecho para cocinarlos frecuentemente haciendo uso de la gran cantidad de recetas deliciosas que existen.

Champiñones en salsa de tomate

Los ingredientes que vamos a necesitar son:

• 500 gramos de champiñones
• 185 gramos de tomate de rama
• 2 ajos grandes
• 60 mililitros de aceite de oliva virgen extra
• Sal
• Pimienta negra recién molida
• Perejil fresco

Elaboración:

• Prensamos los ajos y cortamos los champiñones en cuartos. Pelamos los tomates, les quitamos la parte de las semillas y los cortamos en daditos.
• En una sartén ponemos un poco de aceite y calentamos el aceite con el ajo.
• Cuando esté dorado, añadimos los champiñones, sal y pimienta. Removemos de vez en cuando.
• Añadimos los tomates y seguimos removiendo a menudo hasta que la salsa engorde (unos 10 minutos).
• Servimos caliente con perejil picado por encima.
• Si quieres puedes añadir unos taquitos de jamón y dejar que se cocinen un par de minutos antes de incorporar el tomate. Si lo haces así te servirá más como entrante que como guarnición.

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