Albaricoques glaseados
En Aragón decimos alberge y a mí me suena más familiar.
Mi abuelo tenía en el huerto un albergero enorme. Daba frutos grandes y abundantes.
Mi padre trepaba hasta las copas más altas para recogerlos todos.
Hasta por cubos los llevábamos a casa. Como se suele decir ¨había para tomar, dar y regalar¨ y los comíamos al natural, con vino, glaseados, en conserva y hasta hacíamos mermelada con los que estaban más maduros.
A mí, además, me gustaba comerlos verdes, cuando todavía estaban crudos y eran ácidos y la carne no se separaba fácilmente del hueso. Se me hace la boca agua solo recordar esos mordiscos.
También se me echa la pena encima porque ni está el albergero, ni está mi padre, ni está mi abuelo.
Los que aún estamos mantenemos el recuerdo y seguimos disfrutando de los placeres que nos da esta fruta para cambiar la tristeza por sonrisa.
Albaricoques glaseados
Los ingredientes que vamos a necesitar:
- 500 gramos de albaricoques
- 1 vaso de mosto de uva blanco
- 2 cucharadas de miel
- 1/2 cucharadita de canela
- Una tarrina de queso Mascarpone
- Almendras en crocanti
- Caramelo para decorar (opcional)
Elaboración:
- Lavamos los albaricoques, los partimos por la mitad y los deshuesamos.
- En una sopera vertemos el mosto e incorporamos los albaricoques.
- Los ponemos a cocer hasta que estén blandos. Los míos han tardado 5 minutos porque estaban maduros.
- Al final de la cocción, añadimos la miel y la canela y movemos la sopera de lado a lado para que se ligue el caldo, intentando que no se rompa la fruta y dejamos enfriar.
- Sacamos con cuidado los albaricoques a un plato y escurrimos el caldo y lo colamos.
- Sobre una fuente de servir, disponemos una cama de queso y lo rociamos con las almendras.
- Colocamos los albaricoques sobre la base de queso y almendras y rociamos con almendras de nuevo.
- Finalmente decoramos con caramelo líquido.
- El sirope que hemos colado lo serviremos en una jarrita aparte para utilizar al gusto.
- Este postre se sirve frío.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
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